Mi buen amigo Sabina dice entre otras cosas: Tenemos urgencias, amores que matan, tenemos silencio, tabaco, razones, tenemos Venecia, tenemos Manhattan, tenemos cenizas de revoluciones... Más de cien palabras, más de cien motivos para no cortarse de un tajo las venas, más de cien pupilas donde vernos vivos, más de cien mentiras que valen la pena. Y a veces en este mundo cuesta encontrarlos... hasta las mentiras cuesta encontrar cuando se están buscando... pero bueno ahi están y aquí hay algunos... que en su momento me hacen decir (adri suspira) qué rico! y no importa nada más... un jugo de naranja natural con un poquito de sal. un chocolate con leche relleno de alguna fruta. un chocolate caliente con galletas en una tarde de lluvia. dormir después de muchos días de madrugar (o trasnochar). la comida de mis papás (y ojalá servidita en la mesa nada más de comer). un buen beso. un rollito de sushi cuando tengo mucha hambre. dormir en la playa. bailar de felicidad. un atardecer colo...
Siempre he comido naranjas con sal. Con el tiempo he descubierto que es algo peculiar. Sin embargo no me molesta que ve vean raro, o me digan que estoy loca y a pesar de haber tratado otras formas no cambio la mía. Así que, después de algunos años de vivir lejos de mi pueblo: Naranjo...naranja con sal es un recordatorio de quién soy, de donde vengo, de ser como soy, de que todos vivimos diferente. Y así son los escritos aquí: para mí, para nadie, para los aventureros, para el que quiera leer.