La fruta perfecta
Poco tiempo después de que el mundo fue creado, estaban los hombres descansando cerca de un riachuelo bajo un frondoso árbol, cuando Dios pasó. Como era sábado, él les dijo que los complacería creando lo que le pidiera. Y en verdad había mucho en qué pensar, porque muchas cosas aún no habían sido creadas.
Todos acordaron pedir una fruta. Una fruta que tuviera todas las cualidades y ni un solo defecto. En otras palabras, acordaron pedir una fruta perfecta. Dios estuvo de acuerdo y les pidió que dijeran cómo debería ser esa fruta. Y uno por uno fueron dando su opinión. El primero fue Diego el desdentado, quien dijo:
Una fruta que sea fácil de masticar, Señor para que hasta los que no tenemos dientes la podamos comer
Pedro el Perezoso dijo:
Que no dé tanto trabajo pelarla como la piña.
Todos siguieron dando opinión de cómo debía ser la fruta con que soñaban.
Andres el Hambriento dijo:
Una fruta, señor, que tres o cuatro bastan para quedar llenó y no como la uva, que por más que uno coma siempre queda con hambre.
Hector el económico dijo:
Que se pueda aprovechar toda y no tenga partes incomibles, como la semilla del aguacate.
Enrique él enfermizo dijo: -
Que, no sea pesada, para que no produzca molestias en el estómago.
Lino el Limpio agregó:
Que no tenga mucho jugo, pues acaba uno con la cara y las manos sucias y manchándolo todo.
Fausto el Fastidioso dijo:
Que no tenga hebras que se metan entre los dientes, como del mango.
Cuco el Cuidadoso dijo:
Que madure poco a poco, para que no se pudra rápidamente. Y que no tenga
gusanos como la guayaba.
Modesto el Moderado dijo:
Que no sea ni muy dulce ni muy ácida; ni muy dura ni muy suave.
Y Cavita la Cavilosa agregó
Que la puedan comer tanto los adultos corno los niños.
Finalmente se escuchó la voz de alguien que dijo: Debe dar cosecha, todo el año tanto en tierra fértil como en tierra pobre.
Después se hizo un respetuoso silencio y entonces Dios dijo:
Las cosas perfectas no son de este mundo. Siempre me gusta que el hombre pueda mejorarlas. De lo contrario el mundo seria muy aburrido. Sin embargo, cómo en este caso la decisión ha sido de todos respetando la voz del pueblo voy a hacer una excepción. Pero sólo por esta vez.
Y fue entonces cuando Dios creó el banano
Nuestro chance de hacer algo perfecto... Dios hace el banano y... aún así nos la ingeniamos para tener problemas...
Poco tiempo después de que el mundo fue creado, estaban los hombres descansando cerca de un riachuelo bajo un frondoso árbol, cuando Dios pasó. Como era sábado, él les dijo que los complacería creando lo que le pidiera. Y en verdad había mucho en qué pensar, porque muchas cosas aún no habían sido creadas.
Todos acordaron pedir una fruta. Una fruta que tuviera todas las cualidades y ni un solo defecto. En otras palabras, acordaron pedir una fruta perfecta. Dios estuvo de acuerdo y les pidió que dijeran cómo debería ser esa fruta. Y uno por uno fueron dando su opinión. El primero fue Diego el desdentado, quien dijo:
Una fruta que sea fácil de masticar, Señor para que hasta los que no tenemos dientes la podamos comer
Pedro el Perezoso dijo:
Que no dé tanto trabajo pelarla como la piña.
Todos siguieron dando opinión de cómo debía ser la fruta con que soñaban.
Andres el Hambriento dijo:
Una fruta, señor, que tres o cuatro bastan para quedar llenó y no como la uva, que por más que uno coma siempre queda con hambre.
Hector el económico dijo:
Que se pueda aprovechar toda y no tenga partes incomibles, como la semilla del aguacate.
Enrique él enfermizo dijo: -
Que, no sea pesada, para que no produzca molestias en el estómago.
Lino el Limpio agregó:
Que no tenga mucho jugo, pues acaba uno con la cara y las manos sucias y manchándolo todo.
Fausto el Fastidioso dijo:
Que no tenga hebras que se metan entre los dientes, como del mango.
Cuco el Cuidadoso dijo:
Que madure poco a poco, para que no se pudra rápidamente. Y que no tenga
gusanos como la guayaba.
Modesto el Moderado dijo:
Que no sea ni muy dulce ni muy ácida; ni muy dura ni muy suave.
Y Cavita la Cavilosa agregó
Que la puedan comer tanto los adultos corno los niños.
Finalmente se escuchó la voz de alguien que dijo: Debe dar cosecha, todo el año tanto en tierra fértil como en tierra pobre.
Después se hizo un respetuoso silencio y entonces Dios dijo:
Las cosas perfectas no son de este mundo. Siempre me gusta que el hombre pueda mejorarlas. De lo contrario el mundo seria muy aburrido. Sin embargo, cómo en este caso la decisión ha sido de todos respetando la voz del pueblo voy a hacer una excepción. Pero sólo por esta vez.
Y fue entonces cuando Dios creó el banano
Nuestro chance de hacer algo perfecto... Dios hace el banano y... aún así nos la ingeniamos para tener problemas...
Comentarios
Publicar un comentario