Hace unos días en un blog sobre el propósito del ser humano comentaba yo que a mí me gustaba pensar que el próposito era ser feliz... que si cada quién luchara por la propia felicidad el mundo sería un lugar mejor entre otras cosas...
Tal vez sonará muy simplista, pero de verdad me preguntaba por qué no luchamos más frecuentemente por la felicidad? la alegría? las sonrisas? como se le quiera llamar.... disfrutar de la vida... y entonces ayudada por algunas conversaciones sobre el asunto... encontré una triste respuesta....
Nos encanta ser pobrecitos... nos encanta poder quejarnos... nos encanta que nos consuelen... y nos den la famosa razón.
Yo por mi parte estoy harta, estoy harta de la cultura del pobrecito que llevamos todos por dentro, pobrecito yo que ponen multas muy altas, pobrecito yo que quitan las multas muy altas, pobrecito yo que los diputados se suben el sueldo, pobrecito yo que los estudiantes se manifiestan, pobrecito yo que odio mi trabajo, pobrecito que no tengo esto o aquello, pobrecito yo que mi pareja no me rasca la espalda, pobrecito, probrecito, probecito!
Creo que de lo más valioso que he aprendido... es a preguntarme: y qué está haciendo? para conseguir lo que quiero, para solucionar el problema, para evitar lo que no me gusta?
Si hay algo que se pueda hacer.... se hace! se lucha! se busca lo que se quiere! y en última instancia yo decidí luchar por eso = no derecho al berreo.
Si no se puede hacer nada = "lo que no tiene remedio lo mejor es olvidarlo" = no derecho al berreo.
En fin.... yo he decidido disfrutar de las herramientas que tengo a mi alcance... jugar las cartas que me repartió la vida... y renunciar al pobrecita yo.... y en este caso lo único que puedo hacer es invitarlo a intentarlo.... únase a mi clan
Tal vez sonará muy simplista, pero de verdad me preguntaba por qué no luchamos más frecuentemente por la felicidad? la alegría? las sonrisas? como se le quiera llamar.... disfrutar de la vida... y entonces ayudada por algunas conversaciones sobre el asunto... encontré una triste respuesta....
Nos encanta ser pobrecitos... nos encanta poder quejarnos... nos encanta que nos consuelen... y nos den la famosa razón.
Yo por mi parte estoy harta, estoy harta de la cultura del pobrecito que llevamos todos por dentro, pobrecito yo que ponen multas muy altas, pobrecito yo que quitan las multas muy altas, pobrecito yo que los diputados se suben el sueldo, pobrecito yo que los estudiantes se manifiestan, pobrecito yo que odio mi trabajo, pobrecito que no tengo esto o aquello, pobrecito yo que mi pareja no me rasca la espalda, pobrecito, probrecito, probecito!
Creo que de lo más valioso que he aprendido... es a preguntarme: y qué está haciendo? para conseguir lo que quiero, para solucionar el problema, para evitar lo que no me gusta?
Si hay algo que se pueda hacer.... se hace! se lucha! se busca lo que se quiere! y en última instancia yo decidí luchar por eso = no derecho al berreo.
Si no se puede hacer nada = "lo que no tiene remedio lo mejor es olvidarlo" = no derecho al berreo.
En fin.... yo he decidido disfrutar de las herramientas que tengo a mi alcance... jugar las cartas que me repartió la vida... y renunciar al pobrecita yo.... y en este caso lo único que puedo hacer es invitarlo a intentarlo.... únase a mi clan
Aunque ya lo había leído el miércoles, hasta hoy lo comento para hacerlo con calma, aunque menuda sorpresa me llevé cuando di clic, pensé que me había equivocado de lugar! Está bonita la nueva mudada del blog :D
ResponderBorrarAhora, a lo que vinimos: De nuevo coincido con la idea fundamental que el propósito es ser feliz! Pero la voluntad para luchar por ella no es fuerte, por el contrario es más débil de lo que pensamos y nos contentamos con menudencias, y entre ellos: la queja, la cual nada resuelve. En los ejemplos que pones hay tantas áreas y cada una da para hablar largo y tendido, por ejemplo, dejando las gastadas discusiones de capitalismo/comunismo, claramente me es chocante ver los casos extremos de distribución de las riquezas pero se debe admitir que hay pobres (económicamente) porque así quieren estar, esperando que el gobierno les dé todo.
Pero no se limita al plano económico, como bien muestras con aquellos 'pobrecitos' porque no les rascan la espalda jeje. El que quiere celeste que le cueste, el berreo, la queja y el "pobrecito yo" es una liberación para unos, catarsis que llaman, para expresarse, pero no es un fin en sí mismo, menos berreo y más acción!
Gracias por la (necesaria) invitación a la lucha :)
sí en realidad es una afirmación al "a Dios rogando y con el mazo dando", tenés razón con lo de la catarsis... pero los que casan son los que solo quejas y nada más... saludos :)
ResponderBorrarHola!
ResponderBorrarMuy bueno el post, totalmente de acuerdo en el tema del pobrecito: creo que es una de las más lamentables degeneraciones de nuestra cultura tica.
Valga también la ocasión para felicitarte por el blog, está muy bueno y hay algunas entradas que son oro puro... Gracias por compartirlas.
No afloje!